Cuenca (2012). Patricia Moericke. patriciamoericke.blogspot.com.es |
la hermosa cenicienta, aún dormida
Torre de Mangana. Años 30. |
Luego echarán un euro para ver un rato la tele sobre sillones ajados, vestigio de los recortes, amén de los cierres de plantas y especialidades, en los hospitales manchegos (de la "Era Cospedal", Dolores, la expresidenta que ahora es sombra de Mariano, y algunos barrunta que la buscarán también más adelante los jueces). Ven tv castilla-lamancha, atiborrada a corridas de toros y mercadillos de pueblo, sí, ahora con los socialistas de Page (Francisco). No ha cambiado tanto con de la de los de antes, que utilizaban tarjetas con cargo al erario público y ciertos tratos vejatorios a sus trabajadores. No se nota mucha diferencia, por ahora. ¡Qué pena!
El Júcar que vislumbran roza imponentes "rascacielos"; casas adosadas a la piedra que se inclinan como los viejos chopos a sus riberas. Cerca del "Recreo Peral", José Luis (Martínez) retuerce en su forja el mostacho a Tip (Luis Sánchez Polack) y el moflete al carirredondo, José Luis Coll (¿recuerdan? Coll, el conquense: ¿No vamos a meternos con el gobierno? Tip: Mañana hablaremos del gobierno), vamos, como nuestros ilustres enfermos (porque en Cuenca se habla poco de política, y cuando se hace se parte en dos, como las hoces que surcan sus ríos el Júcar, ya dicho, y el Huécar). Tip y Coll fueron iconos del humor ácido y del absurdo en la pequeña pantalla en blanco y negro, y de tele hay tradición en la ciudad "colgada".
A finales de 1985 llegaba a la Universidad Internacional Menendez Pelayo (UIMP) "Cuenca Ciudad Global". Pruebas del canal satélite y todo el famoseo por el casco antiguo. Jesús Hermida, Eduardo Sotillos, expertos internacionales y los rostros más conocidos de la pequeña pantalla, dibujaron el futuro audiovisual, y casi se ha cumplido al punto. Durante el seminario de 1988 un lapsus en las claves del satélite trajo el destape a esta ciudad pudorosa; la primera sobre esta piel de toro hispana en ver una película porno en abierto. La centralita comenzó a hervir en llamadas desde un ¡cabrones, esto es lo que viene con la democracia!, hasta los ¡benditos hijos por estas reliquias!
Pero McLuhan no salió más que en las actas de la Pelayo y las antenas parabólica volaron a Madrid. Cuenca volvía al apagón histórico, a ser la Cenicienta de un cuento sin final feliz. A las doce los gatos negros dominaron nuevamente los tejados de la ciudad pétrea, paradigma de la sotana en aquella vetusta y anquilosada España gris, parduzca, como la dibujara magistralmente Lorenzo Goñi.
Sotanas y birretes que pervivieron con el glamour en el Auditorio de la Hoz del Huécar entre las partituras de las Semana de Música Religiosa (este año Cervantes fue musa en su LV edición). Pero el sueño de convertirla en la pequeña Viena de Pablo López de Osaba se quedó en el limbo. Eso sí, en las mañanas de Viernes-Santo, desde hace ya cuatro siglos, se postran cirios ante la procesión del Calvario, "Las Turbas". Procesiones, muchas, desde la Inquisición, ahora pulcras, pues tanto se ha lavado la historia de esta ciudad que muy poco trasciende de quienes fueron azote de una Iglesia degradada y contrarreformista. Aquellos conquenses hermanos, Alfonso y Juan de Valdés (s. XVI), erasmistas, regidor y diplomático con Carlos V el primero en España, y filólogo el segundo, autor de Diálogo de doctrina cristiana (Alcalá de Henares, 1529). Tuvieron que poner tierra de por medio.
Fachada de la Forja de J. L. Martínez en la hoz del Júcar. |
Estudios de Cuenca Ciudad Global. J. Arozamena con A. Navarro y J. V. Ávila con Aurelio Cabañas. |
Tejados, con antenas. Juan Antonio Cuenca. artejacuen.com |
Piernas de Cuenca. Aguafuerte (1959). Lorenzo Goñi. |
Como tantos otros de "aquella ciudad misteriosa, negra y empinada, semejante a un dragón alerta en la boca de su cueva.", como describe J. Ortega y Gasset en El Espectador (Tomo V, "Ideas sobre Pío Baroja", 1927), hablando de "La Canóniga", la primera parte, de la novela barojiana Los recursos de la astucia (1915). Baroja la describe: "En estos pueblos, con ciudad alta y ciudad baja, se da casi siempre el mismo caso: en lo alto, la aristocracia, el clero, los representantes de la milicia y del Estado; lo bajo, la democracia, el comercio, la industria. En estos pueblos, el pasado está siempre en alto y el presente en bajo. No hay que extrañarse de que el espíritu de su vecindario sea casi siempre retrógrado... (cap. I)". Para el filósofo Ortega, es el lugar físico idóneo para la trama por ser "estas viejas ciudades nuestras hechas con ruinas y angostura, donde hozan las pasiones arrinconadas, comprimidas como las fieras en sus jaulones... Prietos entre las paredes de la urbe vieja, expolotan los instintos silbando como alimañas y se revuelven con una crueldad y una acritud desconocidas en las selvas..., "Su majestad el odio" llama con hondo acierto Baroja uno de estos capítulos, donde nos hallamos en trato con curas, negros, atauderos, sepultureros... La sombría ciudad llega a alucinarnos y nos parece una carroña gigantesca habitada por aves de rapiña que se atormentan si piedad unas a otras".
También se persiguieron brujas, hasta que Azorín reivindicara a la hechicera Catalina Caballero en Memorias inmemoriables (1967). Las de antaño se soterraron bajo las losas de las entradas de algunas iglesias. Una Iglesia que hasta exportó figuras como la del cardenal Francisco de Mendoza (siglo XVI). O acogió la trastienda de la clave en son político del arzobispado de Madrid (muchos recuerdan la mitra televisiva de monseñor José Guerra Campos, quien estuvo en la diócesis entre 1973 y 1996, y que dio mucho que hablar por su afinidad con el franquismo durante la Transición; "aparcado" por el Vaticano a esta plaza tras no haber podido asir la plaza del fallecido Casimiro Morcillo que pasó a Vicente Enrique y Tarancón (el rostro y la cabeza de la Iglesia en el proceso de apertura democrática que diseñó Roma).
Estos días la Libertad asoma al claustro de la Catedral con Ai Weiwei (sobre su encarcelamiento por el régimen chino en 2011). Ahora los muros carcelarios son éstos que vierten con belleza los rayos de luz que atraviesan sus rompedoras vidrieras contemporáneas y mágicas. Artistas artesanos y pintores relacionados con el Museo de Arte Abstracto, aportan una visión más compleja y atrevida con el futuro entre el espacio religioso y la trascendencia, si la hubiere, entre lo divino y lo humano, para sus creyentes, y la autorrealización.
Estos días la Libertad asoma al claustro de la Catedral con Ai Weiwei (sobre su encarcelamiento por el régimen chino en 2011). Ahora los muros carcelarios son éstos que vierten con belleza los rayos de luz que atraviesan sus rompedoras vidrieras contemporáneas y mágicas. Artistas artesanos y pintores relacionados con el Museo de Arte Abstracto, aportan una visión más compleja y atrevida con el futuro entre el espacio religioso y la trascendencia, si la hubiere, entre lo divino y lo humano, para sus creyentes, y la autorrealización.
Pío Baroja se refiere a los "rascacielos de la hoz del Huécar en Los caprichos de la suerte (1951), editada en 2014. |
Para ese sello, mucho tuvo que ver que, a mediados de los sesenta, y a hurtadillas, fue entrando la libertad estética, al menos en lo creativo, de la mano de un Fernando Zóbel. Su mecenazgo con la vanguardia pictórica se "cuelga" en los muros de una de sus casas abocadas al precipicio (el Museo de Arte Abstracto de las Casas Colgadas; y por alegoría, siempre la duda de caer o no al abismo aquí no se ha cumplido); se ha expandido el miedo a la confrontación con lo establecido.
Brigitte Bardot (1959) de Antonio Saura. Museo de Arte Abstracto Español. |
Objeto encontrado. Fundación Antonio Pérez. |
Remontando este tímido y susurrante río, se eleva, ya fantasma, el "Hocino" de Federico Muelas, donde naciera el verso y la melancolía en este paraíso perdido. Ahora, abandonado y destrozado, duele pensar en cómo fuera el rincón donde el poeta cobijara, en primaveras intelectuales, a artistas, políticos y poetas.
Federico Muelas al pie de la hoz del Huécar.www.abc.es |
Grupo Tábano. "La ópera del bandido". II Semana de Teatro Independiente. Años 70. |
Montsechia vidalli. Las Hoyas (Cuenca). |
Cuenca no sale ahora mucho en la prensa, ni en los telediarios, excepto en viernessanto. Hace un siglo sí, por un crimen, El crimen de Cuenca (que no fue por sus acusados sino por los poderes represores coincidentes). Este crimen no se borrará del imaginario (no así de las torturas sobre los inocentes, que magistralmente llevó a la pantalla Pilar Miró; un referente a lo que los regímenes asesinos son capaces de llegar). El crimen de ahora tristemente y, desgraciadamente, por dos jóvenes cuyos cuerpos terminaron disueltos en la cal del odio y la sinrazón, desaparecerá ante un nuevo caso (maldita violencia de género que salpica diariamente de sangre los informativos sin que se atisben resortes consensuados en la sociedad para poner fin a esta lacra desde la educación, la política, los medios de comunicación...).
Cuenca de Ecuador. www.hotelyanuncay.com |
Cuenca es parador de anónimos, soldadesca vasca que llegó con Alfonso VIII a los que otorgó Fueros sin dinares; tinadas de pastores y tejedoras en las calles de los Tintes con la trashumancia de la Mesta; insignes reales como Alonso de Ojeda (1468-1515) que muy pocos saben en este país que dio nombre a la tan renombrada Venezuela de todos los informativos, o Andrés Huertado de Mendoza (1510-1560) que fue virrey del Perú y fundara la bellísima hermana Cuenca de Ecuador; o peones de cuello agazapado al pecho, al paso del señorito, saqueada por carlistas y franceses.
Pero Cuenca es hoy, sobre todo, tierra de hijos fieles que se aferran, se enredan al hierro frío y duro de su pobreza, a su historia. La Cuenca de lagos infinitos en épocas glaciares se fue secando en sierras agrestes y salvajes, para luego vestirse de hermosos pinares.
Pero como la ficción, aquella Cuenca se escapa a la razón, y tratan de retenerla; como los ojos de Julián y Fermín que van rindiéndose al sueño. Pasa la enfermera y reparte somníferos que aplicadamente toman. Soñarán con ella, con la enfermera, y mañana no reconocerán lo que de fantasía y sexo les haya estremecido. Como a esta ciudad, que persiste en ser onírica y diosa del recuerdo, luego borrado al primer rayo del alba. Trae calabazas el arcón del tesoro, y van negándose todas sus pretensiones, como en un mal final de la Cenicienta. Muelas cercó el cuento en un soneto a esa Cuenca:
"Alzada en limpia sinrazón altiva
pedestal de crepúsculos soñados".
Y así puede que, hasta la eternidad, si sus propias criaturas no la despiertan y no se enfrenten a la "madrastra".
www.turismo.cuenca.es |