sábado, 13 de diciembre de 2014

Miradas

La ley "mordaza", coloquio entre 

perros, o la importancia de 

llamarse Ernesto (serio)

Mordaza a una estatua de-Antonio Lopez
Atocha (Madrid). periodistas.es
    En la escuela de "prietas las filas" el "cara al sol" y "con flores a María" algún maestro, egresado de la División Azul, nos amordazaba con esparadrapo o celofán, dependiendo del presupuesto, cada vez que alterábamos el silencio sepulcral del aula entre los rezos, el recitado de los reyes godos y demás dinastías a partir de los reyes católicos hasta llegar al Caudillo, salvador de la patria. Y ahora resulta que el gobierno, el Partido Popular, reparte palmetazos en el Congreso y Senado para quienes se interpongan a la vuelta al silencio en las calles donde se ha vivido el mayor ejercicio democrático en masa, tras las movilizaciones predemocráticas en aquel tardofranquismo. Pendiente del paseíllo por el Senado, la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, apodada "Ley Mordaza", permitirá multar con 30.000 euros por impedir que las fuerzas de seguridad lleven a cabo un desahucio, por difundir imágenes de antidisturbios golpeando a manifestantes, o por no identificarse a su requerimiento, justo el día que salían las cifras de un nuevo incremento de los desahucios en el último trimestre y cuando se había evitado uno por la solidaridad de cientos de personas ante un domicilio de una inmigrante (inmigrantes muchos que verán efectiva la devolución "en caliente" a la sombra de las concertinas).
   Uno de los argumentos para sacar esta ley es el incremento de violencia en las manifestaciones pero, según cifras oficiales, en 2012 hubo más de cuatro mil en Madrid de las que en tan sólo doce se registraron altercados serios. Siendo demagogo, si me lo permiten, mientras el ministerio de Justicia no amplía efectivos en la judicatura y, junto con el gobierno de los jueces, pone trabas para limpiar de corrupción el ejercicio de la política, lo cierto es que se incrementarán y agilizarán las multas, tramitándose en el ámbito administrativo, sin intervención judicial, con la consecuente falta de garantías de protección de los derechos de cualquier ciudadano (algunos hablan de la guillotina a la Democracia, pues organizaciones como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea, Transparencia Internacional o Access Info, entre otras, han condenado reiterados incumplimientos de la legalidad internacional y los derechos humanos en el país). Qué contradicción con el número de cargos desparramados desde el poder político, y los sueldos que, en vísperas, se habían publicado en web ante la presión social y punzante de cierto partido emergente y preocupante para el bipartidismo imperante (hablo lógicamente de Podemos y una Izquierda Plural más activa de lo acostumbrado).
   El insigne Cervantes ya discurrió sobre la mancha de aceite que se extiende por toda la sociedad para asegurar la despensa. Cipión y Berganza, en la ejemplar novela El coloquio de los perros, previenen de uno de los peores males de nuestra cultura, la corruptela (dígase desde los "sanadores" a reyes y advenedizos). Aquí un hilo:
BERGANZA.—Desa manera, no haré yo mucho en tener por señal portentosa lo que oí decir los días pasados a un estudiante, pasando por Alcalá de Henares.
CIPIÓN.—¿Qué le oíste decir?
BERGANZA.—Que de cinco mil estudiantes que cursaban aquel año en la Universidad, los dos mil oían Medicina.
CIPIÓN.—Pues, ¿qué vienes a inferir deso?
BERGANZA.—Infiero, o que estos dos mil médicos han de tener enfermos que curar (que sería harta plaga y mala ventura), o ellos se han de morir de hambre. [...] 

   De lo que yo infiero a priori es cuántos males hay en la sociedad que no hay "médicos" ni cataplasmas que acaben con la peste que nos circunda y que de ahí que no cese el ejército de arrimados a la política menesterosa que padecemos. El propio Berganza se encontró en el Matadero de Sevilla un vivero de malandrines que, cambiando época y escenario muy bien se ajusta a lo destapado en los últimos años.
Joglars. El coloquio de los perros. www.teatrepoliorama.com
BERGANZA.—¿Qué te diría, Cipión hermano, de lo que vi en aquel Matadero y de las cosas exorbitantes que en él pasan? Primero, has de presuponer que todos cuantos en él trabajan, desde el menor hasta el mayor, es gente ancha de conciencia, desalmada, sin temer al Rey ni a su justicia; los más, amancebados; son aves de rapiña carniceras: mantiénense ellos y sus amigas de lo que hurtan. Todas las mañanas que son días de carne, antes que amanezca, están en el Matadero gran cantidad de mujercillas y muchachos, todos con talegas, que, viniendo vacías, vuelven llenas de pedazos de carne, y las criadas con criadillas y lomos medio enteros. No hay res alguna que se mate de quien no lleve esta gente diezmos y primicias de lo más sabroso y bien parado. [...]. Pero ninguna cosa me admiraba más ni me parecía peor que el ver que estos jiferos con la misma facilidad matan a un hombre que a una vaca; por quítame allá esa paja, a dos por tres meten un cuchillo de cachas amarillas por la barriga de una persona, como si acocotasen un toro. Por maravilla se pasa día sin pendencias y sin heridas, y a veces sin muertes; todos se pican de valientes, y aun tienen sus puntas de rufianes; no hay ninguno que no tenga su ángel de guarda en la plaza de San Francisco, granjeado con lomos y lenguas de vaca. Finalmente, oí decir a un hombre discreto que tres cosas tenía el Rey por ganar en Sevilla: la calle de la Caza, la Costanilla y el Matadero.
Familia real, por Antonio López.
libertaddigital.com
   Fíjense que los "dueños" hoy parécenme los ciudadanos en esta Democracia, y que los constantes navajazos, robos y hurtos sin final que vienen de ciertos delincuentes metidos a políticos, pueden que acaben despedazándonos, pues estos jiferos han recalentado la hoya que hierve el aceite. Ahora , el hoy Rey, Felipe VI, trata de ganarse Cataluña en vez Sevilla, ya lo aventuramos, que se le desportilla la corona, y al que nos gustaría preguntarle qué le parecen los pares del retrato de Antonio López tras veinte años de rumiar conciencias colectivas (luz y modelos dejan un espasmo frío al verlos, y una cortina de humo agrisácea la película que han ido protagonizando en este tiempo la mitad de los presentes en esa obra maestra). 
   Coincidía su presentación con la vuelta al escenario, ironía de nuevo, de la obra de Oscar Wilde, La importancia de llamarse Ernesto, por parte de un grupo de aficionados al teatro en un barrio obrero. Su plena vigencia, en parte, de la trama, casi ciento veinte años después de su estreno, nos muestra a Jack Worthing, su protagonista, un adinerado libertino de provincia, que inventa a un hermano menor por el que velar, Ernest, para acudir a sus juergas en Londres. Conquista a Gwendolen, prima de su camarada Algernon Moncrieff, quien también excusa sus frecuentes desapariciones con la existencia de un imaginario amigo con mala salud. Gwendolen acepta casarse con Ernest por su nombre (que suena igual que earnest, “serio” o “formal” en inglés). Y ahí la carambola con la actualidad. ¿Lo serio y formal es lo que se desprende del cuadro de López y de la propia historia de la monarquía "restaurada" por el franquismo? ¿O es que las imposturas de varios miembros de la realeza transpiran e incoloran el óleo?
   Las caricaturas de Cervantes y Wilde trazan comportamientos cercanos al cinismo y la doblez desde el poder donde nace y prima en los asuntos vitales, transmitiendo “ el estilo y no la sinceridad”.  Así lo profesionalizaron los reyes de Bélgica, venidos aquí por la muerte esta semana de la reina Fabiola, aristócrata de origen español, acompañado su féretro por la dinastía en la reserva, y con palmas rocieras, muy del pueblo. Durante su reinado la más conocida controversia tiene que ver con que el rey Balduino renunció al trono durante 36 horas, en 1990, para evitar sancionar la ley del aborto (luego, la pareja desaparece sin descendencia después de que Fabiola sufriera cinco abortos). Stéphan de Lobkowicz asegura en Baldunino, una biografía, que el rey transigió autorizar el aborto a los médicos porque peligraba la vida de su mujer. Fabiola siempre lo negó categóricamente (la mujer del César no basta que sea honesta, también tiene que parecerlo, dice el proverbio). En España Juan Carlos pasó de jurar las Leyes Fundamentales del Franquismo a la de Reforma Política y Constitución, sin demasiados miramientos y durante más de treinta años; lo hizo con el aborto y demás posibles contradicciones con ciertos principios de la corona, como cuidar de "su" pueblo (siempre se preocupó de parecer cercano, porque formal y serio a lo Ernest...). Claro que a estas alturas, en plena crisis de pánico real, a pocos importan ciertos detalles históricos.
   Pero lo que sí hará mella en muchos hogares es el descuido hacia sus gobernados, o mejor dicho, la osadía, en las palabras del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que manifiesta que es innecesario abrir los comedores escolares durante estas "Navidades de la recuperación", como las ha aventurado el señor Rajoy, para alimentar cerca de 50.000 niños y niñas estadísticamente subalimentados, porque para el presidente regional, "el principal riesgo que tienen los niños en la Comunidad de Madrid de malnutrición es la obesidad".
   Ante estas voces y heces sí que se echa de menos la mordaza del sentido común. 
   Pero por ahora mandan y siguen armando vasallos, sin vergüenza.
desmotivaciones.es

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Miradas



Telegrama:

Se fue Mato, me bajó la fiebre


periodismointeligente.wordpress.com
   Creo que muy pocas personas podrán contar que vivieron febrilmente la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, 19'47 hora peninsular, como es mi caso, mientras sufría una estenuante "virosis", y me preparaba para un nueva subida de décimas. En la mesita de noche el paracetamol que un buen profesional médico me ha recetado después de un cuidadoso repaso por articulaciones y auscultado pecho y espalda.
   Teniendo en cuenta la coincidencia/¿jugada maestra? del juez Pablo Ruz de hacer pública esta misma mañana, un día antes de la presentación del presidente Mariano Rajoy en las Cortes de medidas contra la corrupción, acorralado por la de su partido, y el desgobierno en tantos frentes, la citación a la ya exministra como "partícipe a título lucrativo" en el caso Gürtel, no puedo por menos que alegrarme de que la cordura no se perdió en los juzgados y, espero que pronto en las urnas ya que en la calle hemos asistido a constantes clases de Educación para la ciudadanía democrática en tantas manifestaciones y huelgas. 
   Y como sé que la memoria es muy frágil, ahora sólo quiero recoger aquí, por solidaridad, el temblor que me produce pensar en los miles de personas que se han visto privadas durante estos años, en paralelo esquivo a mi venturosa biografía, de un derecho como el de la salud que me devolvió parte de la confianza en los llamados "Estados del bienestar"; y no redundo en otros como la educación, trabajo, vivienda... En este rato de cierta lucidez parapetada tras un fármaco siento, aún más, lo que se debe sufrir un ser cuando la merma a tu cuerpo llega sin que remedio lo aplaque (una clamorosa denuncia del Observatorio Valenciano del Derecho Universal a la Salud, Odusalud, afirma que más de mil inmigrantes en aquella Comunidad no llegaron a ser recibidos por un médico en los últimos dos años, algunos menores, aunque la normativa mantiene actualmente ese margen, ¡qué humanidad! El Real Decreto 16/2012 del Ministerio, sobre medidas urgentes para la sostenibilidad del sistema de salud impide que miles de personas que no coticen tengan cobertura en España, solventándose lo urgente por la inestimable entrega de los profesionales médicos en entidades, colegios profesionales y ONGs que aún cuentan con impagables voluntarios y voluntarias).
   ¡Qué lastima, señora ex, que no se preguntara cómo se las apañarían quienes no tuvieran recursos ni cotizaciones!
  Claro que tampoco se preguntó qué hacía un Jaguar en su garaje. Seguro que lo habría hecho si se hubiera encontrado una patera pero creo que no las ha visto más que en los telediarios, si es que no ha cambiado de canal al ver los goterones de sangre de las concertinas. Al fin y al cabo demostró, desde el primer día, que era ministra tan sólo de la salud propia y de su partido.
   Tengo 36,5º C. Me queda tiempo de vigilia hasta El Intermedio.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Miradas


El Muro


Puerta de Branderburgo. Berlin.
www.lavanguardia.com
      Berlín Este (Alemania oriental), Julio de 1998. Puesto de guardia de la puerta de Brandemburgo. Un oficial del ejército de la República Democrática se dirige a un grupo de jóvenes estudiantes españoles. Destaca las provocaciones de líderes del Oeste, como la que protagoniza durante la "guerra fría" Robert F. Kennedy sobrepasando con el alerón de su limusina la línea divisoria en el pavimento oriental. Fue después de su discurso frente a la puerta-símbolo de la paz, con relieves de Hércules, Marte y Minerva, en compañía de Willy Brandt, entonces alcalde de la Berlín occidental. "Pudo suponer un conflicto internacional", (mientras un vídeo recoge otras supuestas "invasiones territoriales", así como asaltos de personas que tratan de huir y son apresadas de inmediato). En un impasse al turno de preguntas que controlaba nuestro guía, se cuestiona al militar por qué se dispara o desaparecen aquellos que todavía tratan de saltar "el Muro" desde que se cosieron muros de espino en las calles todavía horadadas por las bombas que terminaron con la II Guerra Mundial. Tenso, y claramente contrariado, contesta que son terroristas y que nosotros sabemos muy bien lo que eso significa (en referencia a ETA lógicamente). Sin demora se le rebate pues en la España, ya democrática, ninguna sentencia, para cualquier delito, conlleva la pena de muerte. Fin de la charla y visita.
   En los días que aún restaron, pisamos sin querer, durante muchas noches, tumbas fantasmas de cientos de muertos anónimos, cascotes en el asfalto con plomo en sus carnes. Se palpaba el hambre en los cuerpos, y sobre todo terror pigmentado en aquellos rostros sin expresión alguna, huecos en las cuencas de los ojos, mujeres con viejos pañuelos sujetándose el cabello, saliendo de cualquier rincón para recoger la fruta abandonada por los hortelanos cuando sus carros abandonaban las plazas de las villas; temblor en las manos y músculos tensos al atravesar las fronteras o puestos de control de los ya jubilados que dejaban sus casas por volver con los suyos, al otro lado; vuelos nocturnos de helicópteros cargados de bombas, colores oscuros en los museos y animales esqueléticos en el zoo que visitaban cientos de soldados-niños rusos, la generación heredera de aquellos que habían luchado junto a los aliados para desterrar al nazismo, ríos de hormigas marrones por la capital, el agua de la ducha nociva por los filtros de las químicas en los acuíferos. Al fondo, eso sí, los campos de concentración de exterminio nazifascista, fidelizados al minuto exacto en que fueron tomados por las tropas rusas y aliadas.
   El viaje aquel supuso un golpe mortal a nuestra ingenuidad en los idearios políticos. Si veníamos de una dictadura militar, aquí nos habíamos cruzado con la dictadura de quien, ¿del proletariado? El horror tenía muchas caras y pocos lazos con la teoría de los ideólogos, después de pasar por el marchamo del hombre. Pero, ¿quién nos iba a decir, a pesar de ciertos atisbos, que un año más tarde el muro caía y miles de jóvenes se subían a él para hacerlo trizas, para desdentar ese cuchillo moral entre hermanos, de historias rotas desde 1961? 
www.república.com
  Muchos de aquellos jóvenes llevarían, un nueve de noviembre de 1989, vaqueros que habían intercambiado  por miles de marcos devaluados e inútiles ya entonces, y que los del oeste, habíamos gastado luego, como nuevos ricos desorientados, en centros comerciales donde había un trabajador para marcar el piso y enchufar un miniventilador, un juguete en nuestros parques, para solventar la atmósfera asfixiante de un paro lacerante en el gigante de la Karl Marx Strasse; se gastaron esos marcos en rudimentarios recuerdos que nos traían la manufactura de tantos años atrás en los comercios de provincia de nuestros mayoresAquellos que volvían, después de pasar por los túneles macabros con uniformes de guerra y cascos oxidados, al tren occidental de ese Berlín gris, que nos devolvería hacia una democracia incipiente como la española, ganada gracias a generosos idealistas y sacrificados trabajadores y universitarios, no se daban cuenta que un muro invisible se estaba construyendo por "los otros", los beneficiados de siempre que, a nuestras espaldas, no derribaban el franquismo del todo, invisible aún para los más aviesos, pervirtiendo la igualdad y la libertad en el muro de la degradación y la manipulación de los más débiles (años más tarde, de vuelta a Alemania, en 1992, en Múnich, algunos "hermanos" de aquellos del otro lado del muro, se arrepentían de los gastos ocasionados por la unificación, llamándolos a un tiempo "vagos" y comunistas pervertidos). 
   Ahora ese muro es, en la memoria, el símbolo de la Europa sobrevenida tras el "deshielo" de los bloques militares e ideológicos; una Europa que trató, y consiguió reponer el frigorífico vacío, como no muchos años antes de la primera gran Guerra, y siglos antes de la de "los treinta años", sin luz, tan gris como aquellas casas-nido de las avenidas de líderes grandilocuentes, los retales de las ropas desgastadas, la mirada perdida en aquellos caballos escuálidos, abandonados, campos de golf como secarrales, mansiones descascarillándose del oro de sus capiteles, fortunas trapisondas de hombres pro-patria, y al sur, en el otro muro físico de las concertinas, un ejército de hombres colgados tantos días como el yacente de los iconos católicos, hasta que el acero les corta la piel hasta pudrirla; el muro de los desheredados (sin olvidar los muros de los marroquíes con el pueblo saharaui, el muro judío contra los palestinos, y tantos otros).

Sofía y Ali, madre mutilada
por las bombas antipersona.
Gervasio Sánchez.
   Palencia, 2014. Veinticinco años de aquel nueve de noviembre de 1989, y nos topamos con las fotografías de Gervasio Sánchez que cuelgan en Palencia. Es el icono del fotógrafo de guerra. Sus testimonios de conflictos en los cuatro puntos cardinales del globo, hablan de muros tan terribles que se me revuelve el estómago al ver el sufrimiento, la muerte, la degradación que pagan siempre los mismos (niños tullidos por bombas antipersona vendidas desde nuestros democráticos y generosos países, entre ellos el nuestro, niñas y mujeres violadas, mayores desorientados hacia la muerte en conflictos que ninguna organización internacional es capaz, o no le interesa, parar...). Y nos brota la vergüenza por esa parte del ser humano despreciable, al tiempo que pagamos con la admiración la fuerza de contención que tuvo Gervasio para contener su rabia detrás del objetivo y captar la consciencia de lo que realmente podemos llegar a ser: un animal que no cesa de construir muros frente al prójimo con el que tapiarlo y amortajarlo de cemento.
   Mientras sorbemos un café para entrar en calor de esta tarde fría, en un local de cierto lujo en la Calle Mayor (de esta Palencia 

estuario, junto a las hoces de Cuenca, de una película con el mismo nombre de J.A. Bardem, de 1958, que también habla del engaño de los poderosos, señoritos, ante la inocencia, mujer romántica) un joven adolescente escupe con un rostro desencajado sobre el cristal del local y su escupitajo se restriega y va cayendo lentamente hasta parecer una lágrima sucia, que cae muerta hasta el asfalto. ¿Qué habrá movido a un ser joven a hacerlo? Surgen
 territorios para la comprensión todavía infranqueables, mundos inasibles, cuando se observa tanta rabia sin canalizar, que cabe plantearse rápido qué compuerta arrostrar para que esa rabia irracional no decaiga en odio imparable, y manejado por otros le lleve al arrebato y la muerte, una vez más.
   Con estupor y tristeza, cabe preguntarse, ¿qué verán los ojos y sentirán los labios de ese joven dentro de veinticinco años después de haber escupido contra el muro de la impotencia?
    Madrid, noviembre 2023. Nueve años después de Palencia y el "gargajo". Los noticiarios no cejan de conectar con los grupos de jóvenes violentos vestidos con ropa de marca y radicales que portan banderas nacionales sin su escudo central, pero sí nazis en sus ropas tapados con cazamontañas, frente a la sede del partido socialista, mientras el líder del PSOE, Pedro Sánchez, es investido presidente del gobierno (con el apoyo de coalición de izquierdas, SUMAR, y de nacionalistas de izquierda y derecha, mientras los representantes de la extrema derecha VOX, ha vuelto a la votación tras abandonarla para pasearse horas antes con los manifestantes frente a la policía). 
    En unos minutos el decorado que nos acoja será la exposición El muro de Berlín. Un mundo divididoCerrar los ojos -emulando el título del film de Víctor Erice-, y volver a esos recuerdos que estaban escritos años antes. Y ver que aquel joven de Palencia, desorientado, quizás ajeno a la historia, llevado y traído por mensajes hueros y viles, lleva en volandas muñecas de plástico para vilipendiar a las mujeres representantes en el gobierno de su país y lanza botes y piedras creyendo que está "salvando" la patria. Y el muro aquel, el de la vergüenza, la soledad, la de dos rastrojos que separaban hermanos, hijos, abuelos, vidas, ya está en las mentes, de donde es más difícil borrar, pues se ha ido colando por venas y llega al último rincón de su frágil cuerpo. 
   Porque ese joven no comprenderá que alguien estará al tiempo festejando la locura, la muerte, la gloria del sacrificio de los débiles por la del poder y el dinero; sin pararse a pensar en otra salida para el futuro que el conflicto y la desaparición del contrario a sus ideas, sus ideologías, sus creencias, su forma de encarar la vida (como esa tarta de bomba de Hiroshima para festejar la barbarie atómica que llevó al final de la participación de los japoneses durante la II Guerra Mundial). 
    Porque no ha visto a seres rasgarse de arañazos la piel para tocarse, besarse, despedirse entre alambradas; 
jugarse la vida para ocultar alimentos bajo el carrito de sus bebés al cruzar las fronteras de dos frentes dirigidos desde millares de kilómetros, a salvo de la metralla, por mentes calculadoras y frías (como así llamaban a su guerra). 
    Una exposición que marca los hilos de los orígenes de aquellos terribles y miedosos años a una guerra nuclear, con antecedentes en otras guerras y crisis económicas que justificaban nuevas guerras. 
    Y así se hace la historia sobre este planeta. Guerras y más guerras que saturan las mentes y las inactivan. 
En los pasillos, cientos de escolares de todas las edades, cruzan sus miradas y comentarios con sus profesoras y maestros. Algo muy profundo ha cambiado. Y no sólo queda esperanza, sino realidad. El resto que queda con el aullido se malgasta en fugarse a otros derroteros más triviales o en hacer saltar la convivencia, de hipotecar su futuro y de otros tantos inocentes. 
    Quedan muros oscuros, que no se ven, porque ocultan esos rostros de miles de muertos en Gaza, Ucrania, Siria, Líbano, Pakistán, Yemen, Myanmar, la mitad del continente africano..., y así hasta los cincuenta y ocho conflictos y guerras que definen los diplomáticos. Toca abrir los ojos y conocer la historia y sus consecuencias. El muro está dentro de nosotros.
 
 

sábado, 18 de octubre de 2014

Miradas


El ébola también mata conciencias


   
   "¿A mí qué me obsesiona?, ya no sé, hace muchos años me quería parecer a Rodolfo Walsh, ¿sabés?, él era mi modelo. [...] ¿Por qué? Porque Walsh, antes que periodista, antes que escritor, antes que ninguna otra cosa, era un revolucionario, y el periodismo ya nada tiene que ver con la revolución. Nos aburguesamos, pibe". Así de contundente se expresa Jaime Brena en la reflexiva novela de Claudia Piñeiro, Betibú (2010).
   Una vez más me afirmo en porqué todavía deseo anidar palabras, negro sobre blanco, desde mi vieja máquina de escribir. Hoy, como ayer, me hubiera gustado desenmascarar al mismo que ahora asevera que no ayudar a erradicar el ébola en los países de la miseria sería “amoral” (Rajoy, Reuters, 17-10-2014); el mismo que redujo nada más llegar a la presidencia, de uno de los supuestos países más ricos del mundo, las ayudas a aquellos en vías de desarrollo minimizando los presupuestos para programas y ayudas en eternos infiernos (Oxfam Intermón, denunció que el gobierno español acababa con treinta y dos años de cooperación al desarrollo en el documento "La Realidad de la Ayuda 2012", coincidiendo con el cierre de los presupuestos generales para 2013, hay que echar un vistazo a los actuales). 
   El miedo generalizado que causan los regueros de pólvora de las noticias tremendistas al masivo contagio en la vieja Europa, o peor, en los asépticos barrios adinerados de los Estados Unidos, nos recuerda la fiebre sufrida en la conciencia universal con el virulento SIDA justo cuando tocó a grupos con estatus económico y social. 
   Pero hasta hoy el ébola es todavía un mal de pobres y para pobres; descastada hasta en su origen, sin el sexo o la heroína, esta enfermedad se expande entre la basura, en el contacto inútil, en los fluidos pudibundos, sin altares, entre los invisibles; ni siquiera atrae la cámara que tan sólo se nutre, en estos países ricos, de llamativos trajes de aislamiento, o a lo máximo de leyendas malditas e imágenes truculentas de serpientes y entierros de negros oscuros en selvas salvajes donde los machetes brillan cuando los féretros se quedan en las cunetas y no hay brazos para arañar una tumba a la tierra hiel y quemada.
   Cuando arribistas al poder mismo tratan de atajar la desbandada masacrando la conciencia de los voluntarios arriesgados que cuidan cualquier simple enfermo, cuando se corren cortinas de humo sobre los déficits de unos protocolos poco estudiados en una sanidad en desahucio, cuando se ocultan las imágenes del verdadero origen del problema, el hambre y la explotación del norte hacia el sur, vemos la muerte a los talones de los desheredados. Y, lo que es peor, hasta que no mueran algunos blancos más, con acciones en el mundo bursátil, las multinacionales farmacéuticas no "diseñarán" la “penicilina” del siglo XXI. 
   En la estela de los desaparecidos, ¿quién llorará por el más de centenar de médicos y enfermeros muertos en los primeros compases de esta danza del diablo? Tan sólo vemos, en alguna celdilla esquinada en los medios de comunicación, manifestaciones de gentes que cada día reequilibran con sus reivindicaciones y acciones vitales a tanto espectador "zombie" alentado por los mass media pusilánimes.
Una madre llora en Ayotzinapa, 
no sabe  dónde se halla su hijo.
Foto de Rodolfo Valtierra.
  Pero no todo es negro, es peor. Revolviendo entre la muerte no encontramos adjetivación para definir la desaparición de cuarenta y tres pequeñas perlas de cabezas vivas, los jóvenes estudiantes de Magisterio en la región de Iguala en México, supuestamente a manos de fuerzas de seguridad al postor de mafias. Un México que en los últimos años se está hundiendo en tumbas bajo tumbas. Una revolución imposible que quemó los huesos de los, estos sí, revolucionarios, que sin tener nada querían darle una oportunidad a su vecino aún más pobre. Hay madres secas de lágrimas amargas que rodar hasta sus labios por estos valientes hijos.
    En el otro cosmos, Teresa, la enfermera española que luchó en la piel de otro, y lucha en la suya contra el ébola, es el nombre que vaga en nuestras conciencias como una de las últimas estrellas fugaces que nos hacen creer, al verlas cruzar el firmamento, pueda cumplirse aquel, el más íntimo, deseo de cambio real, déjenme decirlo, casi revolucionario. Los demás miramos para otro lado, o peor, buscamos el lugar más lejano del estigmatizado por cualquier causa.
   Como, a fe cierta, sé que la enfermedad
Teresa Romero, gracias.
 se cebará cualquier día en mi cuerpo, vístete pronto Teresa, con tu uniforme esperanza que quiero que seas tú quien me asista, aunque no puedas más que acercarme tu preciosa sonrisa. Y por supuesto también a Paciencia Melgar, la religiosa compañera de Miguel Pajares, que sólo fue traida a España cuando se necesitaba suero para el misionero español repatriado en su día al que atendió nuestra enfermera, aunque no llegó a tiempo, no era española, ya ven. Ella sobrevivió al mal en Liberia, y ahora confiesa su alegría por haber hecho el bien con Teresa, sin rencores.

   De este bastardo tiempo, sólo he aprendido que seres como Teresa y Paciencia, y tantos anónimos, dan destellos de luz a este gran agujero negro. Al final el resto no fuimos tan revolucionarios; ni tan siquiera un poco Walsh.

P.D.: Acabo de leer la estremecedora secuencia de la matanza de los maestros de Iguala. Repugnante y vil asesinato de la única esperanza que nos resta como humanos; jóvenes con corazón y cabeza que dieron con sus huesos en la pira de la locura de los sin razón y miserables. En La hoguera que oscureció la noche de Iguala de Juan Martínez Ahrens en El País (27-11-2014): http://internacional.elpais.com/internacional/2014/11/08/actualidad/1415475628_050143.html

miércoles, 27 de agosto de 2014

Miradas

Las mujeres 

que me abandonaron en Ítaca



Y ellas subieron al barco...
(www.turinga.net).
   Mientras espero ansioso el libro con este título, o parejo, de un buen amigo y escritor, no puedo menos que apropiármelo indecorosamente bajo el pretexto de repasar, y repararme, de aquellas mujeres que se cruzaron en mi vida y que no llegué a poseer en excitantes aventuras sexuales, otras ni amigables, y que ahora me consuela conocer que se debía a que posiblemente padecieran “Anorexia sexual” o habían embebido en incunables borradores al estilo de Cásate y sé sumisa, de la periodista italiana Costanza Miriano, versión coetánea de la Sección Femenina y del paroxismo machista cañí de la época franquista.
Me explico.

¿Les suena?
   Hasta aquí conocí casos muy graves de Anorexia y Bulimia relacionados con la alimentación que generaron serios problemas personales o familiares y que con extraordinarios especialistas lograron superar (muy lejos de la noción de que haya otras versiones relacionadas con la abstinencia sexual y el sometimiento servil, prietas las filas, de muchas generaciones en aquella España gris).
   Pues he aquí que parece estar asentándose una sintomatología que padecen ciertos seres que les llevan a percibir el coito y el encuentro con el otro sexo como una amenaza (que se lo cuenten a las aterradas misóginas de sacristía ante el pérfido pecado mortal que evitaron gracias a la iluminada profecía de la curia nacionalcatólica). Pero agárrense los machos. Para el doctor Patrick Carnesen (publicado en su Anorexia sexual, Hazelden, 1997) la obsesión por evitar el sexo da a ciertas personas una sensación de poder y protección sobre el resto de los débiles mortales (y no sé por qué me vienen a la cabeza algunos miembros del Opus Dei u otras religiones castradoras).
   Los síntomas son idénticos a las alimentarias con emociones de alienación respecto a uno mismo, perfeccionismo, autodesprecio, sentimiento de inferioridad o de grandeza, y que ven abocados a consumir altos niveles de pornografía (vaya, otra vez con el temita de los atontados de la entrada anterior) o adicciones al alcohol, a la comida, o al tabaco entre otros. ¡Ah! Y no os descuidéis las parejas de hecho, o por hacer, porque la anorexia sexual tiene otros síntomas cuales son que la pareja evita la cama, las muestras de cariño, o se acuesta a distinta hora (atentos pues panaderos, guardias civiles, y demás nocturnos, que pueden ser señales de que la anorexia sexual ha llegado a vuestro matrimonio, y no digamos opositores a funcionarios...).
   Y ahora viene lo peor. Apañadas/os estaremos en el caso de ser diagnosticados/as pues es mal momento para que se reconozca el mal en la Seguridad Social y financien su tratamiento (un paréntesis serio e indignante hacia las administraciones que vetan el acceso a medicamentos para tantos colectivos de enfermos sin recursos que no pueden pagarlos en el mercado salvaje de unas multinacionales que se niegan a reducir sus pingües beneficios con la desgracia ajena).    Siguiendo con el tema, el comportamiento opuesto, la bulimia, se marca por relaciones sexuales esporádicas, encuentros rápidos y poco duraderos pues podrían dar lugar al compromiso (menos mal que me lo han explicado, porque el sentimiento de culpa me lo endilgaron en que si no era muy bueno en la cosa, o que no era más que un hombre-objeto, vaya usted a saber).

   Ahora bien, si todo hubiera quedado ahí una parte de mi pasado se habría, por fin, interiorizado y crecido mi autoestima en este sobrellevado calvario del presente, pero tropecé estos días, en mi librería de siempre, con el libelo dicho anteriormente Cásate y sé sumisa, editado en España por Nuevo Inicio, idea del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, un prelado ultraconservador.
   Con un cierto regusto rancio en sus páginas me han venido las imágenes de tantas mujeres “encarceladas” en hogares como avisperos, maltratadas y anuladas en los confesionarios, cuestión que parece actualizar el “anoréxico sexual” eclesiástico, Francisco, el obispo, que justificaba el libro porque ayuda a muchas mujeres, es una obra evangelizadora y que “no justifica, excusa o promueve ningún tipo de violencia contra la mujer”, algo que “sí que favorece y facilita, en cambio, la legislación que liberaliza el aborto, al igual que todas las medidas que debiliten o eliminen el matrimonio” (se referirá entre gays, digo yo, porque hay obispos que no dejan el coro con esta cantinela). 

   Si como asegura el arzobispo, su postura coincide con las enseñanzas de la Iglesia, aquí tiente tarea otro Francisco, el papa, ya que en el caso de conflicto conyugal la autora manifiesta “Dios te ha puesto al lado de tu marido, ese santo que te soporta a pesar de todo”, le dice a su amiga, (el libro está en formato de cartas entre dos amigas) porque “cuando tu marido te pone furiosa siempre me parece que es por insignificancias” (así que si te pega tampoco llames al 016 parece inducir).

   Después de todo lo visto, creo que todas las mujeres que pasaron por mi vera vieron en mí, dada mi condición física y psíquica, que iba a ser demasiada carga para ellas (casi una extrema unción temprana para la que no estaban preparadas, por inteligentes, o no eran lo suficientemente virtuosas para mortificarse de por vida, y yo no soy, al fin y al cabo, ningún Santo).
   Ahora que he terminado con lo mío, como decía Paco Umbral, que ven es casi insignificante, me he puesto a repasar las mujeres de los demás. Y no me digan. ¿No ven en ciertas mujeres provectas ya en la política o de enjundia social con manifiesta tendencia a la Anorexia sexual o devotas del libro de Miriano? A mí se me ocurren, a bote pronto: la ex-infanta Cristina de Borbón, Esperanza Aguirre, Dolores de Cospedal, la mujer de Bárcenas, la Ferrusola…; un ramillete que se divide entre la trascendencia del sexo al poder, la erótica lo llaman algunos, y la sumisión al marido (o al contrario, que yo me hago un lío).
    Claro que eso sólo nos lo podrían corroborar sus compañeros de cama. Y ya saben, los machos sólo contamos las conquistas (menos los actores de una fresca y divertida obra de teatro “Mascles”, Machos, de Albert Llorens i Bosch que, el grupo GRESOL de Alcanar de Tarragona trajo a la orilla del mar en un guiño al humor y la convivencia; a pesar de las diferencias y las lenguas, casi nada a estas alturas. Merci).


lunes, 21 de julio de 2014

Miradas

¿Los atontados del porno 

o el Marqués de Sade?


   No ha mucho que un diario nacional, de los que se dicen que generan importante opinión pública, planteaba en un artículo sobre un estudio llevado a cabo por el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano de Berlín, que la visión de pornografía, en un determinado nivel de consumo, atonta el cerebro. Al margen que asevera que un 84% de la población masculina occidental lo ha hecho, sin contar el tráfico de Internet en los últimos años, que elevaría a la enésima ese consumo, hacen pensar que estos hombres tienen menos materia gris y registran una actividad cerebral menor que el resto (un resto ¿que hace qué? El estudio habla de una muestra de hombres entre 21 y 45 años viendo una media de cuatro horas semanales de actividad sexual de otros pero, ¿qué me dicen de quienes las pasan ante la pantalla con mundiales de fútbol o interminables ligas? ¿Y de aquellos que comulgan en las sedes de los partidos políticos, digamos el PP, o desde casa, interminables comentarios, disertaciones, o ruedas de prensa de su líder Mariano Rajoy a través del plasma?). Porque como dicta alguien que se pasa el día hablando de sexo, Efigenio Amezúa, codirector del Máster de Sexualidad de la Universidad de Alcalá de Henares, es evidente que “el exceso de consumo, pero sea de porno o delante de la televisión viendo fútbol, está constatado que produce pasividad”. 
"El Brey plasmado".
elblogdefransuarez.wordpress.com
   Pues reflexionemos: el cerebro, ¿estaría más activo mientras leemos al inigualable Marqués de Sade su Justine o los infortunios de la virtud, Juliette o las prosperidades del vicio, Las 120 jornadas de Sodoma o La filosofía en el tocador? Aunque algunos a estas alturas digan que es mezclar pornografía con erotismo -yo no tengo muy clara la línea divisoria-, para los puretas no hay duda que Sade pone en funcionamiento el cerebro para imaginar las posturas amatorias y, sobre todo las ideas rompedoras del autor sobre las parafilias, el ateísmo, el triunfo del vicio sobre la virtud..., o la idea de una República, en un concepto sublime de relaciones confrontadas con lo admitido hasta entonces y, digamos hasta aquí (sus largas estancias en cárcel y con los loqueros de la época dan fe de que rompía con los convencionalismos, y que muy pocos se pararon a estudiar sus digresiones; aún hoy sigue siendo tabú para muchos).
   Aunque, volviendo al estudio sobre los supuestos tontilanes, o atolondramiento de los adictos al porno, los científicos avisan que no está finalizado; falta determinar la relación causa-efecto, confimar que estos fenómenos son causados por el consumo de porno y no de las personas propensas a ver material pornográfico. El estudio ya tiene sus detractores que puntualizan -como Antonio Casaubón, sexólogo, psicólogo y presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual (FLASSES)-, que no puede hablarse de que los que ven porno terminen por aborrecer las relaciones sexuales: "...sería así si fuéramos animales; sería como los perros de Pavlov... En el deseo sexual intervienen muchos factores más allá del estimulo, es verdad que los varones somos más visuales pero el porno no tiene porque adormecer sino potenciar, en muchas ocasiones, las fantasías sexuales”.
   Pues a ver con qué nos quedamos, que si los mirones de internet, o de las posturitas de Rajoy ante las cámaras, apagan o reavivan sus instintos. Sobre todo al conocer, no sabemos si a raíz del estudio o por otras causas, que una de las principales estrellas del cine X, Sasha Grey, deja su trabajo después de casi ocho años en la lista de las más "vistas", en sus más de cuatrocientas cintas sobre su trasero. Ahora quiere cine normalito, con guión y fundamento: “Estoy harta de recibir propuestas de ‘prostituta en la esquina'".
   Gracias a la vida eterna del porno en la nube a Grey le paran por la calle. “Europa es muy distinta. La vida es mucho más importante que en Estados Unidos, donde se prioriza la profesión. Y eso significa mentalidades diferentes. Nunca me he sentido intimidada en España, y sí, me piden fotos. A veces me miran con cara de ‘Me suenas…, que significa que efectivamente han visto porno [risas]”. Ahora también visita centros escolares y presenta libros a los niños. Esto sí que es reconversión profesional.
Sasha con niños y niñas que ¿verán
porno alguna vez en su adolescencia?;
y, ¿leerán Sade más adelante?
¿Por qué no? www.crushable.com/
   Enfín, ¡cuántos reconocen a Sasha, y su escultural cuerpo!, y qué cantidad de varones, y últimamente hembras, ha abierto un escrito de Sade con la intención de procurarse un calentón y se han quedado lelos. Parece ser que ellos han vuelto al porno duro de la "nube" y ellas a 50 sombras de Grey. ¿Será que cultivar el cerebro lleva su tiempo, mucho más que pararlo?
   Atentos pues, que algunos nos lo están frenando a marchas forzadas, ¿o es que no queremos darnos cuenta? Porque yo prefiero recuperar los mejores momentos de los videos de Sasha, mientras releo a Sade, reencontrarme con los mejores desnudos de la historia del arte en cualquier museo del mundo, dígase El Prado, que al señor Rajoy en una comparecencia (hasta si llega el caso fijarme en la última mota de "polvo" del fenómeno llamado aftersex selfie, que es la autofoto poscoital que luego se distribuye por la red, y que causa furor entre parejas de todo el mundo; hasta es ya guión de un film del verano).
   Si no lo remediamos, seremos todos, muy pronto, unos tontainas; si no llevamos a "Sashas" a las escuelas. Ya lo verán.


martes, 17 de junio de 2014

Miradas

El(s) caganer(s) del verano




  No, no se asusten, no es Navidad, aunque algún verano nos veremos comprando el caganer, esa figurita de postura indecorosamente salada que acompaña los belenes catalanes, ahora de todo el país, y que buscan ansiosos los niños. Y se preguntarán, ¿a qué viene esa imagen ahora? Pues porque creo que estamos asistiendo a un espectáculo, yo desde mi buhardilla, en el que los protagonistas de nuestra más relevante actualidad, van adquiriendo tan denostada postura que, atempero, y que cada cual interprete como le llegue el juicio, puede salpicarnos a todos. Veamos. 
   En un corto calendario dos acontecimientos marcarán el futuro nuestra convivencia política: el entronamiento de Felipe VI "El preparado", el próximo 19 de junio y, para noviembre, la prevista la consulta-referéndum en Cataluña (¿?) sobre su independencia como país (con trazas, hasta hoy, de fuera del ordenamiento constitucional para una Comunidad Autónoma, según una intempestiva y temprana interpretación, con reprimenda incluida, desde el gobierno central). Entre ambas fechas se cumple, irónicamente, el trescientos aniversario de la derrota de los catalanes, seguidores de los Austria frente a las tropas de Felipe V, el antecesor numérico al rey venidero y la pérdida de sus instituciones de entonces (11 de septiembre de 1714). Este año la Diada conmemorará esa derrota con otro ímpetu añadido al del curso anterior, y es con la aparente voluntad de un pueblo, al menos desde su mayoría parlamentaria, definitivamente alejado de la configuración actual del Estado.
Sol de Riu, en Les Cases d'Alcanar
(Tarragona). El punto de inicio
de la cadena humana,
por la Independencia,
hasta los Pirineos,
el año pasado.
 Con un nuevo Borbón, que a buen seguro tratará que su cohorte de partidos estatalistas hablen mayormente en catalán, se intentará cerrar definitivamente la puerta a un Estado Federal, después de haber driblado la vuelta de la República (algunos medios han amedrentado con que se repitiera la Segunda, muy valorable en aspectos que ahora no vienen al caso, con tímido pero amenazante "ruido de sables", mientras se edulcoran oídos con que este país es muy maduro políticamente, aunque no para decidir si mantener o no la monarquía). 
Rubalcaba y Rajoy "entendiéndose" como nunca
sobre la abdicación del rey Juan Carlos I y su
"blindaje" post-reinado.
 Pero volviendo al tema separatista bien es cierto que la lucha entre los nacionalistas, regionalistas y estatales no está exenta de incrementar parcelas de poder en pequeños reinos de taifas. En esa "batalla" también es imperioso observar que, en la alternancia de los dos partidos gobernantes en los últimos años en el Estado, ha sido recurrente la búsqueda de bastiones y concesiones con los gobiernos de las distintas comunidades, denominadas históricas, del país vasco y catalán, como interlocutores ante la necesidad de buscar apoyo en sus escaños ante determinados procesos legislativos, a cambio de ir ensanchando su autogobierno y que han llevado, en parte, al deseo, probabilidad, de autodeterminación (en un paralelismo somero, no calificador ni revisionista, el trato de favor que durante la dictadura de Franco en cuanto a la industrialización de esas zonas, para aplacar reivindicaciones históricas, se volvió, en el principal foco movilizador de la lucha antifranquista).
 En la configuración del Estado siempre ha habido voceros que han imprecado al otro más que defendiendo la bonanza de una u otra visión (en las raíces encontramos, en plena guerra civil, el ejemplo de Enrique Herrera Oria criticando los argumentos de los separatistas vascos que, según él, hacían que los aldeanos vieran al resto de los españoles como "demonios", todo en un simplismo que hemos visto cuesta desarraigar en los discursos). Ahora estamos asistiendo a una crudeza que arrecia parte de unos y otros, y que llevan la inquina al ciudadano que no tiene argumentos para reparar en el fondo de la cuestión. Cabe preguntarse si de ese fondo, o de la trastienda, se nos oculta información sobre los fines y los intereses de los extremistas que no quieren ni abogan por el diálogo. 
Algunas manifestaciones
parecen sacadas 

del "catecismo"
de Enrique Herrera,
España es mi madre (1939).
 En los años de Democracia, ni con Aznar, político venal creciente, nunca se había deplorado desde el gobierno central la legítima opción a buscar nuevas formas de convivencia entre regiones. Tampoco se había planteado tan claro y con partidos catalanes de orígenes tan opuestos como Esquerra Republicana y CIU de la mano. Además proponen, sorprendentemente, pasar a formar parte de una superestructura de gobierno mayor, Europa (¿más equitativa, democrática y consecuente con la historia?; claro que siempre hay modos que la historia la tracen sacando de los archivos de la memoria aquello a lo que quieran asirse; para buscar partos o entierros). 

La "figurita" de Artur Mas mirando
atento las "imposturas" del Eje del Mal,
los partidos estatalistas y demás.
Caganer.com
 La sociedad, hasta los vascos con aparente frialdad, ha ido viendo los jirones que le estaban haciendo al seny catalán ciertos vocingleros con un discurso bronco y despectivo (puede ocurrirles como a la rata flaca), y a los nacionales con proclamas salidas, casi, de las postrimerías de la guerra civil (en aquellos años Enrique Herrera hablaba de los males de la patria y del espíritu egoísta de los catalanes, ¿les suena?).


La rata flaca ve el pájaro, tranquilo dentro de su jaula,
y, con toda su rabia, se mete en ella; y el pardillo
tiene un fuerte sobresalto, y muere.
La rata flaca se lo engulle, pero se ha dado tal atracón,
que, de pronto, no puede salir de la jaula.
(Lecciones morales del seny ancestral.
Que cada uno se aplique la Moraleja.)







 En los tabloides los titulares por las prisas en "blindar" al saliente rey Juan Carlos, y montar un "Belén" modesto en las Cortes para el nuevo rey Felipe, sin otros reyes que traigan presentes, han desplazado la bronca separatista, pero nos hacen pensar que ciertos remiendos de la Transición se están abriendo. Quizás sea el momento en el que haya que analizar, abiertamente, los pasos que alzaron la corona, y estudiar si se da una generación que opta por otra forma de elección de representación máxima, y dejar que los "pastorcillos" catalanes que crucen la geografía puedan llevar en sus morrales símbolos más amplios que los impuestos, sin rasgarnos las vestiduras; quizá se impone cambiar de modelos y relaciones entre los pueblos de la península. ¡Con la de catalanes, vascos, gallegos, castellanos, andaluces y demás cívico-ciudadanos que nos encontramos en todo el país provistos de luces y honestas intenciones, que no quieren entrar en esta navidad anticipada!
   ¿Dónde están aquellas tragedias griegas donde el pueblo se daba una periódica nivelación colectiva viendo sufrir y caer en desgracia a dioses y reyes? Nos las han cambiado por veranear al fresco de las grandes superficies comprando el caganer, en siete días fantásticos. Este año lo tendremos con barba cana y, de “Mas”, complementos. 
  En el fondo con tanta risa huera, y tanto fasto de cuento trasnochado, llegaremos a Navidad con los mismos figurantes. Claro, ¡cuesta tanto desmontar el "Belén"!

P.D.: Casi terminado el verano me veo obligado a poner otra figurita de un caganer hasta aquí "honorable". La salida a los medios de la fortuna en paraísos fiscales de Jordi Pujol ha caído como una losa sobre el independentismo catalán (aunque algunos, muchos, todavía creen que su afán no es otro que "distraer" los desfalcos de sus hijos), y esto lo presiento entre sus paisanos que estos días asisten pasmosamente a un festejo que va tomando auge en la Cataluña del bous, "La cagà del manso", una apuesta sobre en qué recuadro de la plaza tamaño animal deposite su mejor excremento; y no sé si es casual que Pujol siempre me recordó un manso que llevó al corral a los vaquillas más traspuestos de la política nacional, y que ahora ha puesto la mayor "cagà" imaginable; imposible de disimular ni con aspavientos del rabo". 
Este verano fue noticia en Catalunya
Pujol y la "Cagá del Manso"

¡Cosas que habrá que ver todavía!

domingo, 8 de junio de 2014

Miradas

Espejismos

Deborah Robertis abriendo su sexo
ante El origen del mundo de Coubert.
   A estas alturas a muy pocos se les ha escapado la noticia sobre la performance que la artista Deborah de Robertis realizó en el Museo de Orsay, en París, sobre un cuadro de Gustave Coubert El origen del Mundo. Robertis titula su trabajo Espejo del origen y asegura que, al mantener su sexo abierto con sus manos, pretendía mostrar aquello que no se ve en el cuadro original. 
Coubert "reflexivo" ante Robertis.
El artista decía a menudo:
 "...si dejo de escandalizar,
dejo de existir".
  Lo cierto es que más allá de lo que vieran los visitantes de la sala, o el propio espíritu de Coubert de estar rondando su cuadro, hasta la llegada de los vigilantes del Museo, el resto del mundo nos hemos de conformar con la imagen pixelada que nos muestran los medios. 
   Si lo trasladamos, con fórceps, a la realidad cotidiana, cuánto me gustaría conocer, y aún saber, aunque fuera a  través de un espejo, el porqué en el origen se nos asigna un lugar en la vida, lo que conlleva a que seamos súbditos de las ideas de quienes nos gobiernan, a desconocer las interioridades de sus pensamientos, las fuerzas que los sustentan, los intereses creados, y hasta vernos, a nosotros mismos, bajo las riendas que otros manejan para guiarnos con cadenas por los caminos que ellos trazan. Si no nos revelamos está claro que nos conformamos con el espejismo de que todos tenemos un mismo origen, natural eso sí.
  Pero ante esa quimera por ahora me quedo con Robertis, esperando que se "deshielen" los píxeles de las fotografías que nos han llegado, para luego buscar en la Nada a Coubert y que pinte en lo que ha acabado el mundo, en un agujero negro, como surgió.
El Carmina Burana, la colección de canciones
de carácter laico en latín y alemán temprano del s. XII.
  De fondo musical a esa nueva obra yo le pondría el Carmina Burana, de Carl Orff, en su sátira a los estamentos sociales y eclesiásticos, para insuflar más tensión al momento, y no la ingenuidad en el aire del Ave María de Shubert que eligió la artista sobre el poema de Walter Scott en el que Loch Katrine invoca a la Virgen ayuda desde la Cueva del duende para evitar la venganza del rey su anfitrión (vaya, ha vuelto a salir el tema de sexo y realeza, por más que no quisiéramos en esta ocasión), con los que aplacaba los ecos de sorpresa de los afortunados visitantes del Orsay.
   Así las cosas me pregunto, ¿cuántos cuadros albergan nuestros museos con fundamento/temática para que surja una probabilidad de reencontrarnos con nuevos trabajos de Robertis? O mejor, y más probable y obligado, ¿cuánto de negro, o de universo oculto, encierran muchos cuadros más allá de sus marcos?, empezando por descubrir, o redescubrir según ha venido al caso, al propio Gustave Coubert. 
   Ahora bien, en esta ocasión hemos caído en ello, gracias, una vez más, ¿a qué o quién? A un nuevo espejismo del sexo. 
   Bienvenidos fueren esos espejismos, cuantas veces quiera cualquier artista, si con ello nos abren las puertas de la curiosidad por entrar al otro lado de lo oscuro.