jueves, 30 de junio de 2016

Miradas


Cuenca (2012). Patricia Moericke.
 patriciamoericke.blogspot.com.es
Cuenca, 
la hermosa cenicienta aún dormida

Torre de Mangana. Años 30.
     Dos camisones azules miran, sin ver, hacia la hoz del Júcar a través del "ojo de buey" de la tercera planta del Virgen de la Luz. Son Julián y Fermín que, durante éste, su destierro hospitalario, discuten a salto de mata de política, de estas sierras refugio de unos maquis desheredados de su República por los facciosos y luego dominio de caciques; que no llegó industria, que cierran comercios, que sus hijos emigraron por no encontrar trabajo; que no ven a sus nietos más que en Semana Santa o San Mateo. Fermín apoda, a esta tierra sometida y olvidada por una "madrastra cruel" -cualquier poder político o fáctico-, que vaga dormida por sus hoces, La Cenicienta. Y, de las últimas elecciones "¿pa qué?" para que repitan los mismos (hasta se pasan un whatsapp que especula sobre un "pucherazo"). Que han vuelto a ganar los mismos, los del PP, a pesar de los "paseíllos" por los tribunales de justicia de sus cúpulas corruptas. ¿Corrupción?, "hasta una de las hermanas del rey, ¿la guapa?". Julián masculla, casi con rabia, "Rajoy va a la caza de un gobierno de salvación nacional aliándose hasta con los Socialistas y el chico de Ciudadanos". "Pues yo a los de la coleta morada no los entiendo, dice Fermín, me dan miedo, seguro que anularán al PSOE; tranquilo, dice su compañero de habitación, no te cojas "berrinches" que no es más que campaña de todos los medios derechistas, que son de los mismos de siempre y "arrecian"; ¡miá qué hostia!, dice Julián
   Luego echarán un euro para ver un rato la tele sobre sillones ajados, vestigio de los recortes, amén de los cierres de plantas y especialidades, en los hospitales manchegos (de la "Era Cospedal", Dolores, la expresidenta que ahora es sombra de Mariano, y algunos barrunta que la buscarán también más adelante los jueces). Ven tv castilla-lamancha, atiborrada a corridas de toros y mercadillos de pueblo, sí, ahora con los socialistas de Page (Francisco). No ha cambiado tanto con de la de los de antes, que utilizaban tarjetas con cargo al erario público y ciertos tratos vejatorios a sus trabajadores. No se nota mucha diferencia, por ahora. ¡Qué pena!
Fachada de la Forja de J. L. Martínez
en la hoz del Júcar.

   El Júcar que vislumbran roza imponentes "rascacielos"; casas adosadas a la piedra que se inclinan como los viejos chopos a sus riberas. Cerca del "Recreo Peral", José Luis (Martínez) retuerce en su forja el mostacho a Tip (Luis Sánchez Polack) y el moflete al carirredondo, José Luis Coll (¿recuerdan? Coll, el conquense: ¿No vamos a meternos con el gobierno? Tip: Mañana hablaremos del gobierno), vamos, como nuestros ilustres enfermos (porque en Cuenca se habla poco de política, y cuando se hace se parte en dos, como las hoces que surcan sus ríos el Júcar, ya dicho, y el Huécar). Tip y Coll fueron iconos del humor ácido y del absurdo en la pequeña pantalla en blanco y negro, y de tele hay tradición en la ciudad "colgada".
Estudios de Cuenca Ciudad Global
J. Arozamena con A. Navarro y 
J. V. Ávila con Aurelio Cabañas.
   A finales de 1985 llegaba a la Universidad Internacional Menendez Pelayo (UIMP) "Cuenca Ciudad Global". Pruebas del canal satélite y todo el famoseo por el casco antiguo. Jesús Hermida, Eduardo Sotillos, expertos internacionales y los rostros más conocidos de la pequeña pantalla, dibujaron el futuro audiovisual, y casi se ha cumplido al punto. Durante el seminario de 1988 un lapsus en las claves del satélite trajo el destape a esta ciudad pudorosa; la primera sobre esta piel de toro hispana en ver una película porno en abierto. La centralita comenzó a hervir en llamadas desde un ¡cabrones, esto es lo que viene con la democracia!, hasta los ¡benditos hijos por estas reliquias! 
Tejados, con antenas.
Juan Antonio Cuenca.
artejacuen.com
   Pero McLuhan no salió más que en las actas de la Pelayo y las antenas parabólica volaron a Madrid. Cuenca volvía al apagón histórico, a ser la Cenicienta de un cuento sin final feliz. A las doce los gatos negros dominaron nuevamente los tejados de la ciudad pétrea, paradigma de la sotana en aquella vetusta y anquilosada España gris, parduzca, como la dibujara magistralmente Lorenzo Goñi.
Piernas de Cuenca. Aguafuerte (1959).
Lorenzo Goñi.

   Sotanas y birretes que pervivieron con el glamour en el Auditorio de la Hoz del Huécar entre las partituras de las Semana de Música Religiosa (este año Cervantes fue musa en su LV edición). Pero el sueño de convertirla en la pequeña Viena de Pablo López de Osaba se quedó en el limbo. Eso sí, en las mañanas de Viernes-Santo, desde hace ya cuatro siglos, se postran cirios ante la procesión del Calvario, "Las Turbas". Procesiones, muchas, desde la Inquisición, ahora pulcras, pues tanto se ha lavado la historia de esta ciudad que muy poco trasciende de quienes fueron azote de una Iglesia degradada y contrarreformista. Aquellos conquenses hermanos, Alfonso y Juan de Valdés (s. XVI), erasmistas, regidor y diplomático con Carlos V el primero, y filólogo el segundo, autor de Diálogo de doctrina cristiana (Alcalá de Henares, 1529). Tuvieron que poner tierra de por medio. 
   También se persiguieron brujas, hasta que Azorín reivindicara a la hechicera Catalina Caballero en Memorias inmemoriables (1967). Las de antaño se soterraron bajo las losas de las entradas de algunas iglesias. Una Iglesia que hasta exportó figuras como la del cardenal Francisco de Mendoza (siglo XVI). O acogió la trastienda de la clave en son político del arzobispado de Madrid (muchos recuerdan la mitra televisiva de monseñor José Guerra Campos, quien estuvo en la diócesis entre 1973 y 1996, y que dio mucho que hablar por su afinidad con el franquismo durante la Transición; "aparcado" por el Vaticano a esta plaza tras no haber podido asir la plaza del fallecido Casimiro Morcillo que pasó a Vicente Enrique y Tarancón, el rostro y la cabeza de la Iglesia en el proceso de apertura democrática que diseñó Roma). 

   Estos días la Libertad asoma al claustro de la Catedral con Ai Weiwei (sobre su encarcelamiento por el régimen chino en 2011). Ahora los muros carcelarios son éstos que vierten con belleza los rayos de luz que atraviesan sus rompedoras vidrieras contemporáneas y mágicas. Artistas artesanos y pintores relacionados con el Museo de Arte Abstracto, aportan una visión más compleja y atrevida con el futuro entre el espacio religioso y la trascendencia, si la hubiere, entre lo divino y lo humano, para sus creyentes, y la autorrealización. 
Pío Baroja se refiere a los "rascacielos de la hoz del Huécar
 en Los caprichos de la suerte (1951), editada en 2014.
   Se palpa, o se desea en el fondo, que igual que estos cambios estéticos en la catedral, trajeron polémica en un asumido y acallado orden, roto tan sólo por rezos y oratorios en migajas festivas, se romperá en mil pedazos si en la conciencia de los habitantes de esta urbe rocosa y acuosa, remonta, surge, se hace presente el ímpetu de su Historia reciente y también remota, la rabia por no hacerse escuchar con el resto de la región, del país. Un cajón de piedra enorme, la antigua cárcel -fija a la muralla musulmana de la entonces Qūnka-, fue patíbulo de cientos de hombres y pozo donde ahogaron sus vidas en la penumbra rayando con las uñas el yeso de la celda de castigo tras la guerra civil. Ahora, este Archivo provincial sobresale sobre cimborrios de iglesias y conventos en un casco que cumple su XX aniversario como universal.
   Para ese sello, mucho tuvo que ver que, a mediados de los sesenta, y a hurtadillas, fue entrando la libertad estética, al menos en lo creativo, de la mano de un Fernando Zóbel. Su mecenazgo con la vanguardia pictórica se "cuelga" en los muros de una de sus casas abocadas al precipicio (el Museo de Arte Abstracto de las Casas Colgadas; y por alegoría, siempre la duda de caer o no al abismo aquí no se ha cumplido); se ha expandido el miedo a la confrontación con lo establecido. 
Brigitte Bardot (1959) de Antonio Saura.
Museo de Arte Abstracto Español.
   Las sombras de Zóbel, Torner, Chillida, Guerrero, Saura..., son alargadas. Tanto, que son muchos los artistas que surgieron a su estela: Miguel Zapata, Moset, Lagunas, Torralba, Navarro... También dieron pie a que se "colaran" los locos objetos encontrados de Antonio Pérez en el convento de las Carmelitas. 
Objeto encontrado.
Fundación Antonio Pérez.

   A los pies de ambos universos vanguardistas repican trompetas y trombones con músicas del ayer y del mañana en el Auditorio, vaciando el eco en el hueco de una antigua mina del Huécar.
   Remontando este tímido y susurrante río, se eleva, ya fantasma, el "Hocino" de Federico Muelas, donde naciera el verso y la melancolía en este paraíso perdido. Ahora, abandonado y destrozado, duele pensar en cómo fuera el rincón donde el poeta cobijara, en primaveras intelectuales, a artistas, políticos y poetas. 
Federico Muelas al pie de
la hoz del Huécar.www.abc.es
   Los muros derruidos, los jardines laberínticos, perdidos a su suerte, semeja el símbolo que va parejo a la ciudad, al alma de la ciudad; el alma que parece eterna, mas recientemente muerta. Uno pasea con las sombras de Muelas por las tascas de la parte vieja y escucha la tertulia El bergantín de la vela roja, y a sus "conjurados de Contrebia" (como se conoce en la mitología a estas tierras). Cuando la luna enciende la hoz a los pies del hocino, entra en tertulia con García Lorca, Cela, Sánchez Mazas, Gerardo Diego y tantos otros enamorados de la quietud, lo mágico de Conca; o volando con la aurora La Cometa a la que se cuelgan los títeres que se fugaron por la serranía y que han vuelto, ya treinta años, Títeres Larderos. 
Grupo Tábano. "La ópera del bandido".
II Semana de Teatro Independiente. Años 70.
   Porque por aquí pasó mucho teatro en las innovadoras Semanas de Teatro Independiente, que acarreaba en furgonetas y carros Ángel Luis Mota (Els Joglars, Los Goliardos, Tábano, Comediants, Ditirambo entre muchos que pusieron patas arriba el Teatro acomodaticio al régimen). Ahora el "Bita 2016", con los irreductibles de la Asociación Amigos del Teatro. Ángel Suárez que reivindica al actor como elemento básico del hecho teatral. Ojalá no sea de nuevo semilla incierta.

Montsechia vidalli. 
Las Hoyas (Cuenca).
   Y dentro de este baúl de lo inverosímil y contraste llegó el museo de las Ciencias, luchando por abrirse hueco entre tanta torpeza timorata, y genuflexión ante lo inamovible. Naves lunares, dinosaurios, y fósiles (con la Montsechia vidalii, la flor con más de ciento treinta millones de años, de las primeras plantas florales o angiospermas del planeta, con órganos sexuales).
   Cuenca no sale ahora mucho en la prensa, ni en los telediarios, excepto en viernessanto. Hace un siglo sí, por un crimen, El crimen de Cuenca (que no fue por sus acusados sino por los poderes represores coincidentes). Este crimen no se borrará del imaginario (no así de las torturas sobre los inocentes, que magistralmente llevó a la pantalla Pilar Miró; un referente a lo que los regímenes asesinos son capaces de llegar). El crimen de ahora tristemente y, desgraciadamente, por dos jóvenes cuyos cuerpos terminaron disueltos en la cal del odio y la sinrazón, desaparecerá ante un nuevo caso (maldita violencia de género que salpica diariamente de sangre los informativos sin que se atisben resortes consensuados en la sociedad para poner fin a esta lacra desde la educación, la política, los medios de comunicación...). 
Cuenca de Ecuador.
www.hotelyanuncay.com




   Cuenca es parador de anónimos, soldadesca vasca que llegó con Alfonso VIII a los que otorgó Fueros sin dinares; tinadas de pastores y tejedoras en las calles de los Tintes con la trashumancia de la Mesta; insignes reales como Alonso de Ojeda (1468-1515) que muy pocos saben en este país que dio nombre a la tan renombrada Venezuela de todos los informativos, o Andrés Huertado de Mendoza (1510-1560) que fue virrey del Perú y fundara la bellísima hermana Cuenca de Ecuador; o peones de cuello agazapado al pecho, al paso del señorito, saqueada por carlistas y franceses.
   Pero Cuenca es hoy, sobre todo, tierra de hijos fieles que se aferran, se enredan al hierro frío y duro de su pobreza, a su historia. La Cuenca de lagos infinitos en épocas glaciares se fue secando en sierras agrestes y salvajes, para luego vestirse de hermosos pinares.
    Pero como la ficción, aquella Cuenca se escapa a la razón, y tratan de retenerla; como los ojos de Julián y Fermín que van rindiéndose al sueño. Pasa la enfermera y reparte somníferos que aplicadamente toman. Soñarán con ella, con la enfermera, y mañana no reconocerán lo que de fantasía y sexo les haya estremecido. Como a esta ciudad, que persiste en ser onírica y diosa del recuerdo, luego borrado al primer rayo del alba. Trae calabazas el arcón del tesoro, y van negándose todas sus pretensiones, como en un mal final de la CenicientaMuelas cercó el cuento en un soneto a esa Cuenca:
"Alzada en limpia sinrazón altiva
pedestal de crepúsculos soñados".


   Y así puede que, hasta la eternidad, si sus propias criaturas no la despiertan y no se enfrenten a la "madrastra".
www.turismo.cuenca.es

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