lunes, 21 de julio de 2014

Miradas

¿Los atontados del porno 

o el Marqués de Sade?


   No ha mucho que un diario nacional, de los que se dicen que generan importante opinión pública, planteaba en un artículo sobre un estudio llevado a cabo por el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano de Berlín, que la visión de pornografía, en un determinado nivel de consumo, atonta el cerebro. Al margen que asevera que un 84% de la población masculina occidental lo ha hecho, sin contar el tráfico de Internet en los últimos años, que elevaría a la enésima ese consumo, hacen pensar que estos hombres tienen menos materia gris y registran una actividad cerebral menor que el resto (un resto ¿que hace qué? El estudio habla de una muestra de hombres entre 21 y 45 años viendo una media de cuatro horas semanales de actividad sexual de otros pero, ¿qué me dicen de quienes las pasan ante la pantalla con mundiales de fútbol o interminables ligas? ¿Y de aquellos que comulgan en las sedes de los partidos políticos, digamos el PP, o desde casa, interminables comentarios, disertaciones, o ruedas de prensa de su líder Mariano Rajoy a través del plasma?). Porque como dicta alguien que se pasa el día hablando de sexo, Efigenio Amezúa, codirector del Máster de Sexualidad de la Universidad de Alcalá de Henares, es evidente que “el exceso de consumo, pero sea de porno o delante de la televisión viendo fútbol, está constatado que produce pasividad”. 
"El Brey plasmado".
elblogdefransuarez.wordpress.com
   Pues reflexionemos: el cerebro, ¿estaría más activo mientras leemos al inigualable Marqués de Sade su Justine o los infortunios de la virtud, Juliette o las prosperidades del vicio, Las 120 jornadas de Sodoma o La filosofía en el tocador? Aunque algunos a estas alturas digan que es mezclar pornografía con erotismo -yo no tengo muy clara la línea divisoria-, para los puretas no hay duda que Sade pone en funcionamiento el cerebro para imaginar las posturas amatorias y, sobre todo las ideas rompedoras del autor sobre las parafilias, el ateísmo, el triunfo del vicio sobre la virtud..., o la idea de una República, en un concepto sublime de relaciones confrontadas con lo admitido hasta entonces y, digamos hasta aquí (sus largas estancias en cárcel y con los loqueros de la época dan fe de que rompía con los convencionalismos, y que muy pocos se pararon a estudiar sus digresiones; aún hoy sigue siendo tabú para muchos).
   Aunque, volviendo al estudio sobre los supuestos tontilanes, o atolondramiento de los adictos al porno, los científicos avisan que no está finalizado; falta determinar la relación causa-efecto, confimar que estos fenómenos son causados por el consumo de porno y no de las personas propensas a ver material pornográfico. El estudio ya tiene sus detractores que puntualizan -como Antonio Casaubón, sexólogo, psicólogo y presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual (FLASSES)-, que no puede hablarse de que los que ven porno terminen por aborrecer las relaciones sexuales: "...sería así si fuéramos animales; sería como los perros de Pavlov... En el deseo sexual intervienen muchos factores más allá del estimulo, es verdad que los varones somos más visuales pero el porno no tiene porque adormecer sino potenciar, en muchas ocasiones, las fantasías sexuales”.
   Pues a ver con qué nos quedamos, que si los mirones de internet, o de las posturitas de Rajoy ante las cámaras, apagan o reavivan sus instintos. Sobre todo al conocer, no sabemos si a raíz del estudio o por otras causas, que una de las principales estrellas del cine X, Sasha Grey, deja su trabajo después de casi ocho años en la lista de las más "vistas", en sus más de cuatrocientas cintas sobre su trasero. Ahora quiere cine normalito, con guión y fundamento: “Estoy harta de recibir propuestas de ‘prostituta en la esquina'".
   Gracias a la vida eterna del porno en la nube a Grey le paran por la calle. “Europa es muy distinta. La vida es mucho más importante que en Estados Unidos, donde se prioriza la profesión. Y eso significa mentalidades diferentes. Nunca me he sentido intimidada en España, y sí, me piden fotos. A veces me miran con cara de ‘Me suenas…, que significa que efectivamente han visto porno [risas]”. Ahora también visita centros escolares y presenta libros a los niños. Esto sí que es reconversión profesional.
Sasha con niños y niñas que ¿verán
porno alguna vez en su adolescencia?;
y, ¿leerán Sade más adelante?
¿Por qué no? www.crushable.com/
   Enfín, ¡cuántos reconocen a Sasha, y su escultural cuerpo!, y qué cantidad de varones, y últimamente hembras, ha abierto un escrito de Sade con la intención de procurarse un calentón y se han quedado lelos. Parece ser que ellos han vuelto al porno duro de la "nube" y ellas a 50 sombras de Grey. ¿Será que cultivar el cerebro lleva su tiempo, mucho más que pararlo?
   Atentos pues, que algunos nos lo están frenando a marchas forzadas, ¿o es que no queremos darnos cuenta? Porque yo prefiero recuperar los mejores momentos de los videos de Sasha, mientras releo a Sade, reencontrarme con los mejores desnudos de la historia del arte en cualquier museo del mundo, dígase El Prado, que al señor Rajoy en una comparecencia (hasta si llega el caso fijarme en la última mota de "polvo" del fenómeno llamado aftersex selfie, que es la autofoto poscoital que luego se distribuye por la red, y que causa furor entre parejas de todo el mundo; hasta es ya guión de un film del verano).
   Si no lo remediamos, seremos todos, muy pronto, unos tontainas; si no llevamos a "Sashas" a las escuelas. Ya lo verán.