martes, 17 de junio de 2014

Miradas

El(s) caganer(s) del verano




  No, no se asusten, no es Navidad, aunque algún verano nos veremos comprando el caganer, esa figurita de postura indecorosamente salada que acompaña los belenes catalanes, ahora de todo el país, y que buscan ansiosos los niños. Y se preguntarán, ¿a qué viene esa imagen ahora? Pues porque creo que estamos asistiendo a un espectáculo, yo desde mi buhardilla, en el que los protagonistas de nuestra más relevante actualidad, van adquiriendo tan denostada postura que, atempero, y que cada cual interprete como le llegue el juicio, puede salpicarnos a todos. Veamos. 
   En un corto calendario dos acontecimientos marcarán el futuro nuestra convivencia política: el entronamiento de Felipe VI "El preparado", el próximo 19 de junio y, para noviembre, la prevista la consulta-referéndum en Cataluña (¿?) sobre su independencia como país (con trazas, hasta hoy, de fuera del ordenamiento constitucional para una Comunidad Autónoma, según una intempestiva y temprana interpretación, con reprimenda incluida, desde el gobierno central). Entre ambas fechas se cumple, irónicamente, el trescientos aniversario de la derrota de los catalanes, seguidores de los Austria frente a las tropas de Felipe V, el antecesor numérico al rey venidero y la pérdida de sus instituciones de entonces (11 de septiembre de 1714). Este año la Diada conmemorará esa derrota con otro ímpetu añadido al del curso anterior, y es con la aparente voluntad de un pueblo, al menos desde su mayoría parlamentaria, definitivamente alejado de la configuración actual del Estado.
Sol de Riu, en Les Cases d'Alcanar
(Tarragona). El punto de inicio
de la cadena humana,
por la Independencia,
hasta los Pirineos,
el año pasado.
 Con un nuevo Borbón, que a buen seguro tratará que su cohorte de partidos estatalistas hablen mayormente en catalán, se intentará cerrar definitivamente la puerta a un Estado Federal, después de haber driblado la vuelta de la República (algunos medios han amedrentado con que se repitiera la Segunda, muy valorable en aspectos que ahora no vienen al caso, con tímido pero amenazante "ruido de sables", mientras se edulcoran oídos con que este país es muy maduro políticamente, aunque no para decidir si mantener o no la monarquía). 
Rubalcaba y Rajoy "entendiéndose" como nunca
sobre la abdicación del rey Juan Carlos I y su
"blindaje" post-reinado.
 Pero volviendo al tema separatista bien es cierto que la lucha entre los nacionalistas, regionalistas y estatales no está exenta de incrementar parcelas de poder en pequeños reinos de taifas. En esa "batalla" también es imperioso observar que, en la alternancia de los dos partidos gobernantes en los últimos años en el Estado, ha sido recurrente la búsqueda de bastiones y concesiones con los gobiernos de las distintas comunidades, denominadas históricas, del país vasco y catalán, como interlocutores ante la necesidad de buscar apoyo en sus escaños ante determinados procesos legislativos, a cambio de ir ensanchando su autogobierno y que han llevado, en parte, al deseo, probabilidad, de autodeterminación (en un paralelismo somero, no calificador ni revisionista, el trato de favor que durante la dictadura de Franco en cuanto a la industrialización de esas zonas, para aplacar reivindicaciones históricas, se volvió, en el principal foco movilizador de la lucha antifranquista).
 En la configuración del Estado siempre ha habido voceros que han imprecado al otro más que defendiendo la bonanza de una u otra visión (en las raíces encontramos, en plena guerra civil, el ejemplo de Enrique Herrera Oria criticando los argumentos de los separatistas vascos que, según él, hacían que los aldeanos vieran al resto de los españoles como "demonios", todo en un simplismo que hemos visto cuesta desarraigar en los discursos). Ahora estamos asistiendo a una crudeza que arrecia parte de unos y otros, y que llevan la inquina al ciudadano que no tiene argumentos para reparar en el fondo de la cuestión. Cabe preguntarse si de ese fondo, o de la trastienda, se nos oculta información sobre los fines y los intereses de los extremistas que no quieren ni abogan por el diálogo. 
Algunas manifestaciones
parecen sacadas 

del "catecismo"
de Enrique Herrera,
España es mi madre (1939).
 En los años de Democracia, ni con Aznar, político venal creciente, nunca se había deplorado desde el gobierno central la legítima opción a buscar nuevas formas de convivencia entre regiones. Tampoco se había planteado tan claro y con partidos catalanes de orígenes tan opuestos como Esquerra Republicana y CIU de la mano. Además proponen, sorprendentemente, pasar a formar parte de una superestructura de gobierno mayor, Europa (¿más equitativa, democrática y consecuente con la historia?; claro que siempre hay modos que la historia la tracen sacando de los archivos de la memoria aquello a lo que quieran asirse; para buscar partos o entierros). 

La "figurita" de Artur Mas mirando
atento las "imposturas" del Eje del Mal,
los partidos estatalistas y demás.
Caganer.com
 La sociedad, hasta los vascos con aparente frialdad, ha ido viendo los jirones que le estaban haciendo al seny catalán ciertos vocingleros con un discurso bronco y despectivo (puede ocurrirles como a la rata flaca), y a los nacionales con proclamas salidas, casi, de las postrimerías de la guerra civil (en aquellos años Enrique Herrera hablaba de los males de la patria y del espíritu egoísta de los catalanes, ¿les suena?).


La rata flaca ve el pájaro, tranquilo dentro de su jaula,
y, con toda su rabia, se mete en ella; y el pardillo
tiene un fuerte sobresalto, y muere.
La rata flaca se lo engulle, pero se ha dado tal atracón,
que, de pronto, no puede salir de la jaula.
(Lecciones morales del seny ancestral.
Que cada uno se aplique la Moraleja.)







 En los tabloides los titulares por las prisas en "blindar" al saliente rey Juan Carlos, y montar un "Belén" modesto en las Cortes para el nuevo rey Felipe, sin otros reyes que traigan presentes, han desplazado la bronca separatista, pero nos hacen pensar que ciertos remiendos de la Transición se están abriendo. Quizás sea el momento en el que haya que analizar, abiertamente, los pasos que alzaron la corona, y estudiar si se da una generación que opta por otra forma de elección de representación máxima, y dejar que los "pastorcillos" catalanes que crucen la geografía puedan llevar en sus morrales símbolos más amplios que los impuestos, sin rasgarnos las vestiduras; quizá se impone cambiar de modelos y relaciones entre los pueblos de la península. ¡Con la de catalanes, vascos, gallegos, castellanos, andaluces y demás cívico-ciudadanos que nos encontramos en todo el país provistos de luces y honestas intenciones, que no quieren entrar en esta navidad anticipada!
   ¿Dónde están aquellas tragedias griegas donde el pueblo se daba una periódica nivelación colectiva viendo sufrir y caer en desgracia a dioses y reyes? Nos las han cambiado por veranear al fresco de las grandes superficies comprando el caganer, en siete días fantásticos. Este año lo tendremos con barba cana y, de “Mas”, complementos. 
  En el fondo con tanta risa huera, y tanto fasto de cuento trasnochado, llegaremos a Navidad con los mismos figurantes. Claro, ¡cuesta tanto desmontar el "Belén"!

P.D.: Casi terminado el verano me veo obligado a poner otra figurita de un caganer hasta aquí "honorable". La salida a los medios de la fortuna en paraísos fiscales de Jordi Pujol ha caído como una losa sobre el independentismo catalán (aunque algunos, muchos, todavía creen que su afán no es otro que "distraer" los desfalcos de sus hijos), y esto lo presiento entre sus paisanos que estos días asisten pasmosamente a un festejo que va tomando auge en la Cataluña del bous, "La cagà del manso", una apuesta sobre en qué recuadro de la plaza tamaño animal deposite su mejor excremento; y no sé si es casual que Pujol siempre me recordó un manso que llevó al corral a los vaquillas más traspuestos de la política nacional, y que ahora ha puesto la mayor "cagà" imaginable; imposible de disimular ni con aspavientos del rabo". 
Este verano fue noticia en Catalunya
Pujol y la "Cagá del Manso"

¡Cosas que habrá que ver todavía!

1 comentario:

  1. No se esa tirria que nos tiene el "Arturillo". Lo más que consigue es que nos hartemos todos de esos tipos y, en una hipotética decisión, votemos todos que se vayan a "fer la mar", o como se diga.

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