lunes, 14 de abril de 2014

Miradas


La República de los "tontos"


Es medianoche y ella me habla de la muerte lenta de esta sociedad mientras yo sigo con la mirada las suaves arrugas de su camisa a la altura de los pechos, no llega a los cuarenta. En el piso, casi en penumbras, se mastica el humo de la pipa de Ángel, su pareja, que surge entre esas barbas imponentes y sus gafas de erudito trasnochado; un tipo de aquellos años, de la larga transición política, que recularon de las grandes urbes para morir en pequeñas capitales provincianas vendiendo una mezcla de revolución tardía y “bon vivant”.
Al pie del viejo giradiscos Llach, Pastor, Serrat, y cintas desgastadas y pegadas con celofán: A las barricadas o la Internacional. Todo está teñido de tono sepia, hasta sus viejos “sermones”, clandestinas peroratas revolucionarias. Pero no nos engañemos, es un tipo despojado de sí mismo; como aquella mujerona, de nervio templado, la voz aguardentosa, que nos jaleaba en la única pintada cerca del gobierno civil por una República, mientras otras compañeras de viaje, hijas de banqueros, funcionarios, o comerciantes, retiraban el sexo a las manos con tinta de multicopista de la UGT, en la cuesta de la Ventilla, o del polvo destilado de los libros de una esquelética biblioteca de la CNT, a escasos metros de la iglesia con párroco de pistola en cinto bajo la sotana. Entre anarquistas, ¿así que de Durruti sólo la aureola, lo práctico y presentable son Bakunin, Prokoptkin, Malatesta o Proudhon? Luego una A dentro del círculo, el juego de una noche de verano, vísperas de la huelga del metal con los veteranos Alfonso y Marcial, que sólo dios sabe cómo salvaron el pellejo en la dictadura.
Al final, no volvió la República.
Toledanos ante la catedral aquel 14-4-1931.
Foto: Fondo Rodríguez.
Archivo Histórico Provincial. JCCM
Adiós Institución Libre de Enseñanza, adiós la tierra para el que la trabaja, adiós la legítima invocación al destino de los distintos pueblos que conforman esta piel de toro, y adiós, como no, a las torpezas y descalabros que, a buen seguro, también hubieran llegado como en toda empresa humana.
Pero lo más curioso, y lamentable, es que ha habido poco tiempo en todos estos años de democracia para montarle aniversarios, para conocerla más a fondo, para hacerla profundamente, y justamente, parte de la historia de este pueblo por quienes decían que venían de ella; sí ha sobrado esfuerzo, y erario público, para innumerables fuegos fatuos sobre efemérides y personajes que se merecerían, a buen seguro, otra forma de recordarlos. Ahora, con los otros, le toca a El Greco, como antes a Goya o Velázquez. Y es que, en vísperas de este catorce de abril, aniversario de la llegada de la Segunda República, en 1931, todavía resuenan los ecos del Réquiem de Giuseppe Verdi, en la plaza de Zocodover dentro de La semana fantástica..., ¿les suena? del “Griego de Toledo”, que es en lo que han convertido la efemérides del increíble trastocador y maestro de la pintura.
Alcalde recibiendo a la reina; al fondo,
arzobispo y Wert, ministro de Eduación,
 muy atento a la foto de Europa Press.
Cientos de personas escuchando a
Verdi, sobre el granito de Zocodover.
Foto eldigitalcastillalamancha.es
Ni entonces, ni ahora, en vez de llevar el Arte y la Música a nuestras entendederas, como en aquellas Misiones Pedagógicas de la República, nos reparten migajas a precio de oro: colas de entierro de estado para ver, como hormigas locas, las genialidades de Theotocopoulos en el Museo de Santa Cruz o el Réquiem en la catedral tomada, ya no primada, por tanta representación institucional (dentro la reina sienta a su hermana a su lado copando alguna plaza demás al protocolo; el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que venía a otra cosa esa mañana a Toledo y se apunta, a última hora, pues un asiento menos; la presidenta de Castilla la Mancha, Dolores, de Cospedal, que corre que vuela bien parapetada de guardaespaldas; así que el arzobispo Braulio Rodríguez Plaza, ve peligrar su segundo apellido en su casa, igual que el alcalde de la ciudad, socialista para más inri, Emiliano García Page -lo quieren retirar a su apellido-, que no tiene donde poner su vara; llenan el templo demás séquito y algunas peinetas que han pagado más que muchas pensiones de desahuciado; fuera, en Zocodover, las sobras retransmitiéndose el concierto por quien gustaba ser escuchado por el pueblo, en pantallas gigantes, prietas las filas, o por los suelos, al paso de autobuses, bares y ríos de gente fluyendo por los tantos vericuetos a los que se ve abocada la plaza).
Toda esta parafernalia para que continúe la monarquía a sus anchas, con un gobierno, y sus afluentes en las comunidades donde impone la derecha, que quita Educación para la ciudadanía de los curricula, y reduce a la mínima expresión las Artes plásticas y la Música en las Escuelas. 
         Esto sí que son puntillas a la República, más  que el olvido; y lo están haciendo aquellos a quienes creíamos tontos.
         ¿Cuánto tiempo seguirá dando la vuelta este circo al “Ruedo Ibérico” con aplausos desde el tendío

2 comentarios:

  1. Menudo paseo te has dado por la historia personal y patria.
    Parece que a Toledo le encanta haberse convertido en escaparate de figurones.
    Conmemorar el aniversario de la república, dices? je, je... Quién presidiría los actos institucionales? El rey?

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  2. Grandísimo repaso a una historia desconocida.
    Ortega, podría presidir el acto la princesa; se dice en los mentideros que su corazón tricolor está repartido entre sus hijas y ¿Felipe?

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